Cata a ciegas


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La cata es un «examen» sensorial que el catador hace con el vino con el fin de conocer sus características. Lo llamamos sensorial porque en la cata intervienen cuatro de los cinco sentidos que poseemos. Sabemos que la cata de vinos consta de tres fases: visual, olfativa y gustativa.

Es necesario conocer los distintos tipos de catas más habituales y hay cuatro tipos bien diferenciados: cata técnica, cata comercial, cata maridaje y cata privada. Por la manera de realizarse pueden dividirse en cata a botella descubierta, «cata a ciegas» y «cata doble ciega»

La cata ciega pone a prueba tanto al vino como al catador

La cata a ciegas, que es de lo que veníamos a hablar, consiste en el análisis sensorial de vinos cuya marca, añada y procedencia se desconocen, para que el profesional o aficionado no se dejen influenciar por el nombre o la popularidad de un determinado vino. En las catas a ciegas las botellas suelen cubrirse con papel o bolsas térmicas y tiene como objetivo principal que la marca o bodega no influya en la valoración del vino que vamos a realizar.

También es la mejor manera de poner a prueba la sensibilidad de nuestro olfato, vista y el gusto en todo aquel que quiera iniciarse en el mundo de los vinos y como test para medir la experiencia de un catador profesional o aficionado.

Bodega Comarcal Valle de Güímar.

 

 

 

 

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