La poda


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Los que no estamos familiarizados con el campo y solo disfrutamos de los vinos, no sabemos del trabajo de los viticultores que en este momento están mimando el producto que se depositará más tarde en las barricas y sacarán al mercado. Todas las labores en la viña a lo largo del año son importantes, pero la poda quizás sea la más importante, ya que de su buena práctica dependerá la calidad de la uva y el vino que se obtenga en la siguiente cosecha.

La planta de la vid no es tal y como estamos acostumbrados a verla, originalmente era un arbusto de tronco largo y numerosas ramificaciones que crecen agarrándose fuertemente a otra planta o a un árbol por ejemplo. La vid cultivada que más se aproxima a su estado natural es la que está organizada en parra.

Después de la cosecha (vendimia), la savia va dejando de elaborarse en las hojas y se va reconcentrando en los sarmien}tos y brazos, haciéndose cada vez más espesa. Las hojas terminan por caer y los sarmientos pierden toda el agua que contienen, quedando secos y llenos de sustancias alimenticias, que antes transportaba la savia. Mientras tanto, las raíces dejan de trabajar y la planta entra en una especie de sueño llamado reposo invernal. La poda se realiza en esta fase y puede ir desde el mes de diciembre, en cuanto la vid pierde sus hojas, hasta febrero, cuando comienzan a brotar de nuevo. Generalmente el momento de la poda se decide año a año y dependerá de como ha ido la cosecha anterior y del tipo de viña.

La poda es una procedimiento muy antiguo. Es la práctica mediante la cual se eliminan ciertas partes de la planta (sarmientos, brazos, etc.) intentando modificar el desarrollo natural de la cepa, equilibrar su vigor y producción, favoreciendo la regeneración de la planta.

Bodega Comarcal Valle de Güímar.

 

 

 

 

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