Para poder reconocer un vino de calidad se hace imprescindible identificar algunas sensaciones que nos dejan al degustarlos. Seguro que alguna vez habrás oído hablar sobre el equilibrio o la persistencia de un vino. Pasamos a explicarte en que consiste. Preparados, vino…¡ya!
Equilibrio
Cuando hablamos de equilibrio, nos referimos al punto exacto donde el vino se expresa en boca, encontrando la armonía de todo el conjunto de sus elementos (acidez, alcohol, coloración, sabor en nariz y en boca). Un vino donde no destaca ningún matiz por encima de otro. Si esto no es así, hablaríamos de un vino desequilibrado.
Persistencia
Un vino persistente o largo, es una virtud en común en todos los vinos de calidad. Se denomina así al vino cuando los sabores en nariz y en boca perduran en el paladar. Cuanto más larga sea su persistencia, mayor calidad tendrá el vino. Los vinos corrientes tienen una persistencia de 1 a 3 segundos, un buen vino de 4 a 5, un gran vino de 6 a 8 y si sobrepasa los 10 segundos, estamos ante un vino excelente.
En definitiva el equilibrio y la persistencia de un vino depende de muchos factores, y del tipo de vino que vayamos a degustar. Podemos entrenar nuestros sentidos para que no se nos escape ningún detalle de su personalidad. ¡Salud!
Bodega Comarcal Valle de Güímar.