Está claro que el vino tiene un efecto relajante pero ¿Un afrodisíaco? Pues parece ser que si, porque varios estudios así lo demuestran. ¿Qué será eso que tiene el vino?
En concreto, un estudio del hospital de Santa Maria Nuova en Florencia, realizado con 800 mujeres de entre 18 y 50 años, concluye que, el deseo sexual se incrementa cuando el vino se consume moderadamente al aumentar la presión sanguínea en las zonas erógenas de la mujer, y de ahí su poder afrodisíaco.
El alcohol, al contener etanol, en pequeñas cantidades, estimula una parte del cerebro llamada hipotálamo que a su vez controla las funciones básicas y los niveles hormonales, dando lugar a sensaciones de relajación. En cambio si ingerimos excesivas cantidades de alcohol provocaríamos el efecto contrario.
También interviene la histamina, que tiene un efecto sedante que puede comprimir receptores en el cerebro responsables de estados de ansiedad y la quercetina que aumenta la cantidad de testosterona en los hombres, bloqueando la eliminación natural a través de la orina, según los investigadores de la Universidad de Kingston de Londres.
En conclusión, ¡Los afrodisíacos existen! Eso si cuando se trate de vino y seducción elige beber moderadamente, para que puedas disfrutar del momento.
Bodega Comarcal Valle de Güímar.