La tradición de brindar con vinos espumosos suele atribuirse siempre a Dom Pérignon, por su contribución al método Champenoise, que según cuenta la leyenda el descubrimiento pudo haberse producido de manera involuntaria, cuando el monje benedictino francés quien después de haber probado el vino que contenía una de las botellas que había en el sótano, exclamó ¡Venid pronto estoy bebiendo las estrellas!, refiriéndose a las burbujas producidas por la fermentación del vino. Fue a partir de ese momento cuando Pérignon se afana en conservar esas burbujas en el vino.
Aunque lo más probable es que mejorara técnicas ya aplicadas, con su magnifica habilidad para mezclar diferentes tipos de uva, porque de este método ya se tiene constancia en Inglaterra en el año 1.662. Más tarde, los franceses perfeccionaron la variedad espumosa brut en 1.876.
A su muerte, dejó escritas sus normas de vendimia, que siguen vigentes a día de hoy. También se le atribuyen incontables innovaciones, como la utilización por primera vez de tapones de corcho para las botellas.
Bodega Comarcal Valle de Güímar.