Un estudio publicado en la revista Journal of Food Science ha demostrado que el placer detomar vino aumenta cuando se come con queso.
El estudio se realizó en el Centro para el Sabor y Comportamiento Alimentario de Francia con consumidores de vino y queso. Se evaluaron cuatro vinos utilizando un nuevo método de evaluación sensorial para mostrar cómo la percepción y el gusto del vino cambian después de comer de queso. Se les dio una lista de sensaciones que utilizaron para indicar lo que llamó su atención.
Una vez que los vinos fueron evaluados inicialmente, la tarea se repitió, pero con un pedazo de queso comido entre los sorbos de vino. Se realizó con cuatro quesos diferentes, en diferentes sesiones con cada vino.
Los resultados mostraron que ninguno de los cuatro quesos incluidos en el estudio tuvo un impaco negativo en la preferencia del vino. El gusto por cada vino se incrementó o se mantuvo igual después de comer queso.
Gracias a esta investigación hemos aprendido que la duración de la percepción de astringencia de un determinado vino podría reducirse después de comer queso y que los cuatro quesos evaluados tuvieron el mismo efecto. Al tener un plato de quesos variados, el vino probablemente sabrá mejor sin importar cuál escoja.
Bodega Comarcal Valle de Güímar.