Maridajes inadecuados II


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En la anterior entrada hablábamos sobre alimentos que podían atentar contra el sabor del vino. El camino hacia el maridaje ideal exige conocer a los aliados y enemigos del vino para poder disfrutarlo mejor.

Continuamos con la lista, no sin antes recordar que se debe considerar que a partir de diferentes tipos de cocción, acompañamientos, salsas y guarniciones puede cambiar el concepto de «enemigos» de estos.

Ajos y cebolla: el ajo, intensifica los taninos de los vinos tintos y su aroma intenso estropea cualquier tipo de vino. La cebolla aporta acidez y un aroma azufrado, que hace imposible saborear un vino. Ambos cambian mucho si están cocinados porque cambian su sabor y textura, contrarrestando su picor.

Hinojo: es un alimento con mucha personalidad e invasivo. Suele comportarse mejor con los vinos blancos.

 

Apio: puede intensificar los sabores amargos y resultar agrio. Los más perjudicados son los taninos de los vinos tintos que terminan intensificándose y resultado vinos secantes.

Pimientos: los más picantes y sobretodo el de la «mala palabra» son los que no logran casar con el vino. Por eso muchas comidas mexicanas, tailandesas o indias no hay modo de acompañarlas con vino. El responsable es la capsaicina, que es el que genera el sabor picante en estos alimentos. Con blancos jóvenes y frescos se puede intentar.

Sardinas y anchoas: destacan por su sabor metálico y por estar preparados con mucha sal en algunas ocasiones. Sea de una manera u otra las posibilidades se maridaje son mínimas.

 

Bodega Comarcal Valle de Güímar.

 

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