Cata de espumosos


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Hablando de cata, existe un número importante de conceptos que son idénticos a la hora de evaluar un vino tranquilo y un vino espumoso, como la intensidad, el color, la tonalidad y la variación.

 

Fase visual

El concepo novedoso comienza con la distinción de la burbuja. Para poder apreciarlo en su totalidad necesitaremos copas alargadas tipo flauta. El tamaño de la burbuja es importante, su tamaño es directamente proporcional con la temperatura a la que haya tenido lugar la fermentación y nos indica la calidad. Un vino espumoso para que sea de calidad debe fermentar a baja temperatura, su resultado será una burbuja pequeña y por el contrario podemos descartar la calidad en el caso de que se trate de una burbuja grande.

Hay otros factores que intervienen, como la formación o no de rosarios, que es el nombre que recibe  el que se forme un hilo continuo de burbujas subiendo una detrás de otra, simulando un rosario. Otra formación que podemos apreciar es si se forma la corona, que es un grupo de burbujas que llegan a la superficie de la copa, quedando un anillo de burbujas alrededor de la misma.

La persistencia en la formación de burbujas, es considerado positivo en este tipo de vinos, cuanto más larga sea su duración más calidad tendrá el vino.

 

Fase olfativa

Otra fase no menos importante en la que hemos de destacar que se debe hacer sin agitar la copa, el anhídrido carbónico es más que suficiente para poder apreciar su aroma. A continuación, se intentará encasillar el vino dentro de los aromas:

 Afrutado

Los vinos espumosos jóvenes producidos en zonas relativamente cálidas tendrán caracteres afrutados.

Levaduras frescas

Al permanecer en contacto con las levaduras un período de tiempo comprendido entre los nueve meses y los dos años, sus aromas nos pueden recordar a aromas de bollería o panadería y sus caracteres serán de levaduras frescas.

 Autolisis

Si el contacto con las levaduras es superior a dos años, el vino espumoso desarrollará aromas más complejos, incrementando la persistencia aromática y dando lugar aromas frutales o incluso café y se denominan aromas autolisis.

 

Fase gustativa

Cuando el vino llega a nuestra boca debemos fijarnos en el comportamiento de la burbuja, si con un sorbo se nos infla la boca (similar a cuando tomamos un refresco) o por el contrario se funde como si crema se tratara, también podemos encontrar un comportamiento intermedio.

Para muchos expertos, la descripción de la burbuja en boca, es incluso más importante que la de fase visual.

En cuanto a la fase retronasal y retrogusto son iguales que en la cata de vinos tranquilos.

 

Bodega Comarcal Valle de Güímar.

 

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